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El desierto, por patria – El Progreso
Nació en Tinduf, en los campamentos de refugiados saharauis en Argelia pero lleva 20 años en España y 15, en Lugo. Esta mediadora intercultural será una de los asistentes este sábado a la concentración por el aniversario de la República Saharaui
Se marchó del Sáhara con solo 6 años y se vino a España, donde su padre estaba trabajando y consiguió reagrupar a su familia. Y, aunque el resto de su vida la hizo en nuestro país y la mayoría en Lugo, todos los veranos no dejó de visitar a su familia en el campamento de El Aaiún, lo que acabó uniéndola a sus orígenes. «Desde que España le dio la espalda al pueblo saharaui, afirmando que era un territorio autónomo de Marruecos, las relaciones con Argelia están más complicadas y también es más difícil volar a los campamentos pero, aun así, aprovechamos los vuelos del programa Vacacións en Paz y conseguimos estar allí dos semanas en septiembre», dice.
🇪🇭 La mediadora intercultural Souadou Mohamed Fadel nació en un campamento de refugiados saharauis en Argelia pero lleva 20 años en España https://t.co/GEyW5WphUx
Souadou Mohamed Fadel es mediadora intercultural y profesora de español para extranjeros en la ONG SenValos, centrada en la migración. Antes, trabajó para otra organización, Diaconía, de acogida a refugiados. «Pese a llevar ya 20 años en España y, de estos, 15 en Lugo, nunca perdí el contacto con los campamentos y mis recuerdos de allí están muy vivos en mi mente porque nunca se cortó el vínculo con mi tierra, donde están mis abuelas y mis tíos y con los que solemos hacer videollamadas», afirma.
En sus últimos viajes, Souadou descubrió que la situación allí es peor. «Casi no existen ayudas internacionales y la gente sobrevive gracias al dinero que le envían sus parientes en el extranjero o las familias que acogen niños en verano, en el programa Vacacións en Paz. Antes, había envíos de alimentos como atún, azúcar o aceite. Ahora, no. Todo está, además, más caro. Un kilo de carne sale por 20 euros. En cambio, sí se mejoró en que empieza a haber luz eléctrica en las casas de adobe –que cada vez son más– y en las haimas o tiendas de campaña cuando hace años se suministraban con placas solares y baterías», explica.